Cristian Moyano Fernández es graduado en Filosofía y doctor en Ciencia y Tecnología Ambientales por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Es investigador postdoctoral Margarita Salas en el Instituto de Filosofía del CSIC y en la UAB. Actualmente dirige el proyecto de investigación competitivo ERA-CERES: Ética del Rewilding en el Antropoceno, financiado por la Fundación BBVA. Sus principales líneas de trabajo son la ética ecológica, la ética animal, las teorías de la justicia y la salud global. Recientemente ha publicado el libro Ética del rewilding en la editorial Plaza y Valdés (2022).
En primer lugar queremos darte las gracias por conceder esta entrevista Antropología de la Vida Animal. Grupo de estudios de etnozoología (AVA) y a nosotras como sus representantes. Agradecerte también que hayas apostado por construir sinergias interseccionales entre el ecologismo y el antiespecismo poniendo en el centro la ética animal. Te felicitamos por el libro “Ética del rewilding” porque creemos que realiza un gran esfuerzo tanto pedagógico como de documentación para desarrollar las diferentes praxis de rewilding, especialmente para lectores no anglosajones.
Además creemos que los capítulos “qué nos dirían las teorías filosóficas sobre rewilding” y “Rewilding y ética cultural” sustentan un contexto cultural epistémico imprescindible para adentrarse y profundizar en la práctica del rewilding.
“El rewilding sitúa al ser humano como especie más humilde y reconoce ese valor en las otras especies”
AVA (Antropología de la Vida Animal. Grupo de estudios de etnozoología). ¿Cuáles crees que son las causas que hacen necesario un diálogo entre los movimientos antiespecista y ecologista? ¿Y por qué el rewilding es una herramienta fundamental para este diálogo?
Cristian. Yo hablaría de la principal causa que es el antropoceno en una situación de colapso que está deteriorando todas las formas de vida humanas y no humanas. Y yo creo que en este punto justamente el animalismo y el ecologismo deben de aliarse porque tienen mucho por lo que luchar conjuntamente. A pesar de sus pequeñas diferencias, que las tienen, ambos pueden poner la vida en el centro. Y la vida desde un punto de vista no solo de jerarquía humana, de antropocentrismo moral sino más allá de esto, donde otras especies también tengan importancia y otros ecosistemas también esté en el centro. Los seres humanos no somos los únicos que vamos a peligrar en este planeta, sino también otras formas de vida. Por eso ambas perspectivas tienen mucho por lo que luchar conjuntamente.
Y por qué el rewilding como posible nexo, pues por varias razones. Una de las principales es que concede libertades, autonomía a la vida no humana. Y eso desde el punto de vista de la ética animal es muy importante porque rompe con esta jerarquía de poder donde somos los seres humanos los que creemos que conocemos mejor a las demás especies. Y por otro lado, desde el punto de vista de la ética ecológica, es importante porque nos resitúa dentro de los ecosistemas, al entendernos como una especie más entre muchas otras, cada una con sus propias funciones, y que no son más importantes unas que otras. Ayuda a situar al ser humano como especie más humilde y a reconocer el valor de las otras especies.
AVA. En el texto indicas que “renaturalizar” o “resalvajar” son malas traducciones del concepto de rewilding, ¿Por qué lo crees así?
Cristian. Es una buena pregunta porque por un lado hay mucha gente que rechaza el término rewilding en inglés y prefieren utilizar renaturalizar porque es como se ha utilizado toda la vida. Pero el problema de renaturalizar es que puede caer en la trampa de creernos que cualquier acción de renaturalizar es rewilding y no es así necesariamente. Porque a veces renaturalizar es simplemente reverdecer y esto puede quedar muy bien a nivel estético, puede tener muchos beneficios, pero se escapan muchos otros beneficios a nivel ambiental.
Dejar sin traducción rewilding es porque capta toda una narrativa en la cual se pone el énfasis en mantenernos al margen a la hora de gestionar los ecosistemas, en dejar que estos se autosustenten por sí solos. Algo que el término renaturalizar no lo tiene necesariamente en cuenta. Rewilding entiende que son las otras especies no humanas las que mejor van a gestionar los ecosistemas, o que mediante una intervención mínima o nula, los ecosistemas pueden desarrollarse de una forma más funcional y mejor. Justamente si yo opto por no traducirlo es porque a veces se escapa este sentido de ser humildes respecto a las demás especies y también porque el rewilding dentro de la narrativa anglosajona se entiende como un respeto a la regla de las tres “C”. hablas de grandes carnívoros (carnivores), grandes corredores (corridors), y áreas de grandes núcleos (core) preservados sin intervención humana. Da un matiz distinto y otra profundidad filosófica respecto al término de renaturalizar.
AVA. Sobre el reverdecer ya profundizaremos luego, como un buen ejemplo del rewilding urbano. Se realizan muchas prácticas que se denominan de rewilding pero no lo son y están basadas en las high tech.
AVA. Al hilo de la anterior pregunta, ¿Nos puedes hablar de las diferencias entre rewilding y recuperación ecológica?
Cristian. Sí, ambos términos guardan relación. Pero yo diría que recuperación ecológica es como un término más amplio, donde podemos partir de una premisa de antropocentrismo moral, y desde la que sería viable estar constantemente gestionando los ecosistemas pensando que somos los mejores gestores de la naturaleza. El rewilding, en cambio, no piensa así. También se dan diferencias entre el rewilding y las prácticas más tradicionales de biología de la conservación centrada en preservar mediante constante gestión humana a una especie icónica o emblemática, mientras que el rewilding busca recuperar todo el ecosistema concediéndole autonomía y sin encapricharse con una especie determinada.
“Yo creo que es utópico pensar que podemos evitar cualquier daño a los animales a largo plazo”.
AVA. Afirmas que el punto de conflicto entre la ética ambiental y la ética animalista es que para la primera el sacrificio de algunas animales individuales a fin de preservar el equilibrio de los ecosistemas estaría justificada moralmente, mientras que para la ética animal esto sería algo injustificado y sujeto a un prejuicio especista. En palabras de Nuria Almirón (investigadora especializada en comunicación y relaciones de poder), esta búsqueda de encuentros con el ecologismo está llevando al movimiento antiespecista a bajar el listón en la exigencia de buscar vidas dignas para las otras animales. ¿No parece excesivo pedir a las víctimas ponerse de acuerdo con sus victimarios? ¿No sería preferible pedirle al ecologismo que abandone sus prácticas especistas, para lograr puntos de encuentros en las diferentes estrategias emancipatorias a lograr?
Cristian. Esa es la gran pregunta que suele aparecer en los debates de tensiones entre la ética animal y la ética ecológica. Es complicado, a nivel ideal, y quizás utópico, yo también considero que habría que centrarse en que el ecologismo abandonara todas las prácticas en las cuales se institucionaliza la explotación de la vida de los no humanos, y donde se pone en riesgo la vida de algunos animales a fin de preservar los ecosistemas. Sin embargo a nivel pragmático, en un contexto del antropoceno donde cada vez hay más daños, más impactos, donde es más difícil tomar decisiones éticas donde no haya ningún mal, estamos en un contexto donde hay que elegir males menores, y ahí no es tan sencillo elegir no dañar a ningún animal y todo funciona perfectamente. Hay veces en las cuáles solo queda elegir qué menor daño podemos hacer a los animales, para que a largo plazo, esto revierta positivamente en el mayor número de animales. Y eso puede pasar por ejemplo en el tema de las especies invasoras, ¿cómo lo gestionamos? La mera ética ambiental quizás diría que las exterminemos. Pero es necesaria la ética animal para decir que no, que mejor no las exterminemos, e intentar desplazarlas a un ecosistema donde se puedan desarrollar perfectamente o enviarlas a un santuario de animales, donde no se dañe a ningún individuo. Yo creo que tienen que estar en un diálogo constante y más en un contexto de antropoceno, en el cual la ética ecológica cede por un lado y la ética animal por otro lado, pero que al final deben de converger. Yo creo que es utópico pensar que podemos evitar cualquier daño a los animales a largo plazo.
AVA. En el programa “Lluvia con truenos” Nuria Almirón decía que desde un punto de vista utilitarista, el problema es que ahora se están generando medidas en la UE, por ejemplo, para intentar conseguir piensos para que los purines de los cerdos no sean tan contaminantes. Desde un punto de vista ecologista, digamos que esa medida ya sería suficiente, mientras que los cerdos seguirían sufriendo. Cuidado, porque poner siempre el cambio climático en el centro, nos lleva a abandonar la empatía hacia la otra animal, hacia el sufrimiento de la otra.
Cristian. Estoy de acuerdo, y nos lleva otra vez al debate entre reformistas o bienestaristas y abolicionistas de la ética animal. Adoptar medidas paulatinas que reduzcan ligeramente la calidad de vida de algunos animales, o incluso los efectos en el Medio Ambiente, pero es verdad que eso a veces, puede implicar que no se ataje el problema de raíz, el uso de los animales y su explotación. En el caso del ejemplo de los cerdos, donde los purines sean más ecológicos, el rewilding diría que qué hacen esos cerdos ahí encerrados. Ni siquiera desde la ética ecológica tendría sentido mantener una macrogranja porcina. Aquí tendrían en común en que ambos pedirían desmantelar ese escenario.
AVA. ¿Por qué es imprescindible aplicar la mesura, el término medio o el principio de precaución en las planificaciones de rewilding que serán implantadas?
Cristian. Es muy interesante. Yo creo que esta virtud filosófica del término de la prudencia, a la hora de hacer cualquier proyecto de rewilding, puede venir tanto por una preocupación animalista como por la propia ética ecológica, porque los que llevan a cabo proyectos de rewilding son seres humanos, y por mucho que el objetivo último sea limitar la intervención humana, dejar que el planeta se autogestione por sí mismo, es verdad que a veces no es posible del todo y hay que iniciar un pequeño acto de regeneración natural activamente, como puede ser introduciendo un gran carnívoro que antes no estaba en ese territorio o que ha estado ausente durante mucho tiempo. La idea es que los seres humanos lo introduzcamos para luego dejarlo a su libre albedrío y que regenere a su propia manera el ecosistema.
Sin embargo, en este primer ejercicio de reintroducción, hay muchos factores que confluyen ahí, como los factores económicos, culturales, políticos a la hora de introducir el carnívoro. Hay que ser muy precavidos y meditar muy bien que está condicionando el introducir un gran carnívoro. Pueden ser motivos económicos porque vamos a recibir una subvención, porque quede muy bien a nivel de campaña política, como en el caso de la Comunidad de Madrid, que Ayuso de repente se ha mostrado a favor de reintroducir el lince ibérico aquí en Madrid. ¿Cómo es posible que de golpe quiera reintroducir el lince ibérico cuando hay tantas carreteras, no hay pasos verdes para la fauna, y puede acabar siendo una escabechina para el animal y cuando fomenta tantos otros agravios ambientales? Pues por campaña política. A eso me refiero a tener un deseo orientado a la razón, hay que ser prudente, porque estos factores pueden eclipsar o enturbiar el motivo más legítimo del rewilding que es dejar a la naturaleza a su libre arbitrio.
“Hay que hacer una deconstrucción y dejarnos de prejuicios que enturbian nuestra mirada hacia lo salvaje«.
AVA. ¿Nos puedes hablar del concepto de pobreza y riqueza de Epicuro como un antecedente sólido de un materialismo ecológico sustentable? ¿Y por qué el rewilding debe de ir precedido por un control de los límites de los deseos antropogénicos internos hacia las demás especies?
Cristian. Justamente los epicúreos, creo que lo comento en el libro, es de las filosofías más antiguas que captan uno de los acompañamientos más adecuados para una filosofía del rewilding. No ponen el énfasis en obtener o acumular cosas materiales, es otra forma de vida productiva, basada en ser de una determinada manera diferente, no tanto en producir como en ser, relacionarse, poner el énfasis en una lógica relacional. En la vida austera que lleva a cabo Epicuro en su jardín lo más importante era relacionarse con sus amigos, unos pocos bienes que le permitían ser feliz y en contacto con la naturaleza. Yo creo que puede ejemplificar muy bien cómo podemos recuperar una vida buena mediante proyectos de rewilding, en los cuales se regeneren los ecosistemas y no dependamos tanto de una infraestructura, a veces macroindustrial que genera hábitats de especies por un lado, y por otro nos hace perder un poco el norte como especie humana y nos hace no tener en cuenta las relaciones con otros seres humanos y con seres no humanos.
El tema de no tener una actitud de soberbia, es un poco lo que he comentado antes, poner los intereses en el centro. Hay que hacer una deconstrucción y dejarnos de prejuicios que enturbian nuestra mirada hacia lo salvaje.
AVA. Me parecía interesante hacerte esta pregunta porque desde un punto decolonial se habla mucho del Buen vivir, Vivir Sabroso, pero claro, en la tradición occidental parece que siempre hemos ido hacia el progreso, hacia el crecimiento, y era por rescatar otras tradiciones “perdedoras”, no solo de la tradición filosófica antigua sino también de la Modernidad que de alguna forma ponían en el centro vivir más ligado al decrecentismo.
Cristian. Totalmente de acuerdo. En ese sentido Marta Tafalla también habla de esta relación con el decrecimiento. Se puede vivir muy bien como seres humanos, con calidad de vida sin depender tanto de una lógica productivista, y el rewilding aquí tiene mucho que aportar.
“El rewilding dice que tenemos que dejar atrás esa lógica de dominio de la razón humana sobre las otras especies y permitir que sea la naturaleza misma la que nos enseñe todo a nosotros, a nuestra propia razón”.
AVA. Explícanos Cristian por qué cuando hablamos de rewilding, éste debe de pasar las dos pruebas de la modernidad cartesianas: la distinción de valor entre mente- cuerpo y la dualidad humano- naturaleza.
Cristian. Descartes sería de los mayores “enemigos” del rewilding porque para la lógica cartesiana hay esa escisión, ese modo dual, polarizado, donde encontramos por un lado la lógica ideal y hierética en las cuales todo lo que tenga que ver con los sentidos se rechaza, y por otro lado tenemos el mundo de las ideas, el mundo de la mente pensante que justamente es el ser humano su máximo representante, y que a partir de aquí podemos ordenar todo ese mundo sensible que es más perecedero. El rewilding dice que tenemos que dejar atrás esa lógica de dominio de la razón humana sobre las otras especies y permitir que sea la naturaleza misma la que nos enseñe a nosotros, a nuestra propia razón, cómo comprenderla. Es invertir un poco la lógica y romper ese binomio. El rewilding iría en contra de esta visión de polarización.
AVA. En el texto expones una analogía entre el sabor no deseable de una medicina y los pormenores de la reintroducción de algunos animales, como afrontar nuevas amenazas para las que en un principio no tienen herramientas o sufrir la actividad cinegética humana. Desarróllanos un poco más esta idea.
Cristian. Es una analogía que pensé mucho y me costó decidir ponerla. Es verdad que desde un punto de vista de la ética animal, puede ser un poco gratuito equiparar algo que puede ser relativo al placer o al disgusto que causa un fármaco, con el sufrimiento animal que puede ser el morir atropellado o cazado. Obviamente la analogía se puede coger con pinzas, pero lo que viene a decir en el fondo es que a veces, en prácticas de rewilding activo y de conservación exsitu, a un sufrimiento a algunos animales, alejándoles de sus familias, introduciéndoles en un camión, a veces días en espacios muy pequeños, o un ejercicio de conservación que se dice, en jaulas o en recintos cerrados donde no pueden desarrollar sus capacidades. Todo este sufrimiento para la vida individual de ese animal es bastante inimaginable, pero es verdad que a largo plazo, algunas veces se pueden reintroducir de nuevo en la naturaleza en libertad, a veces se les ahorra una muerte prematura que tendrían en un entorno antropizado, y en este nuevo entorno logran desarrollarse de una manera más resiliente y mejor. Y desde un punto de vista también a largo plazo, eso va a permitir que tengan descendientes más sanos, y a nivel de toda la especie se pueda perpetuar un linaje. Que por estrategias de supervivencia los animales mismos lo habrían perpetuado de manera natural de vivir en entornos idílicos, pero a veces se les desplaza porque esos entornos no existen. Sería una comparación entre experiencias a corto plazo, y experiencias a largo plazo, a veces, con un mayor beneficio.
AVA. Afirmas en tu texto que si aplicamos un rewilding pasivo estricto “debemos estar preparados para ver mortalidades masivas naturales de animales salvajes sin que intervengamos”. Desde una perspectiva anticapitalista llevamos dos siglos rechazando sociedades basadas en la supremacía del más fuerte ¿por qué defender estos modelos en la naturaleza salvaje?Cristian. Bueno yo no diría que es una lógica de supervivencia del más fuerte, que sería una visión más clásica dentro de la biología, que nos diría por ejemplo Schopenhauer, o Darwin, sino que simplemente es la lógica de los ecosistemas, y no tiene que ser precisamente el más fuerte, a veces el más fuerte es un parásito. Con la reciente pandemia hemos visto en nuestras sociedades cómo lo más fuerte parecía ser un virus. Depende de donde pongamos la mirada, en si sobrevivirá una especie o sobrevivirá otra. Las personas humanas, teniendo en cuenta la cultura que tenemos aquí en occidente, nos rechina mucho ver la mortalidad en la naturaleza salvaje. Pero a veces tenemos una mirada, a corto plazo y nos olvidamos que después eso permite generar más vida. Se trata de integrar dentro de nuestro pensamiento de que la muerte da paso a la vida. Eso sí, es un paso que hay que dar con cuidado dentro de la ecología porque se podrían dar ciertas legitimidades sino aplicamos cierta ética. No quiero secundar que sea una apología del sufrimiento per sé, pero es verdad que es necesario que algunas especies sirvan de alimento a otras, que algunas especies sirvan de huésped a otras para que esas propias especies sobrevivan. Por ejemplo algunas plantas o animales que tienen como parásito un hongo, una bacteria o un insecto y que en esa relación quien termina perjudicado es la misma planta o el animal, pero que si se elimina esa relación, la planta o el animal pueden morir. Sabemos que la naturaleza funciona por simbiosis, y esto no quiere decir siempre mutualismo, donde las dos entidades salgan beneficiadas.
AVA. Nosotros de hecho somos un simbionte donde el 50% de nuestro cuerpo son bacterias.
Cristian. Exacto. Y si hablamos por ejemplo de nuestro propio código genético, también encontramos que, tenemos poco más de veinte mil genes diferentes y tenemos muchos otros genes de otras especies. Entonces pensar que no van a morir algunas células nuestras u algunos microbios, en el fondo, tienen que morir para que nosotros seamos quienes somos. Esto se da a micro escala y a macro escala.
AVA. Este concepto es complicado para el antiespecismo. Hay cierta parte del antiespecismo como el transhumanismo o el posthumanismo que intenta de alguna forma salvar a todas por medio de tecnología si es necesario. Aspirar a la construcción de una arcadia feliz. Y choca mucho esta idea que propones con la tradición epistémica occidental basada en el progreso.
Cristian. Choca porque parte del movimiento antiespecista que prima en Occidente, también tiene un poco ese deje transhumanista que yo creo que viene por la narrativa del altruismo eficaz y de la biología del bienestar. Aparte de toda esta lógica yo creo que también está impregnada de un individualismo, del pensar que todos somos como entes herméticos atomizados, tanto seres humanos y no humanos, donde las relaciones con los otros individuos es como un lujo o una cuestión meramente social, pero es que a la vez esto nos conforma a nosotros como somos, conforma nuestra propia salud, conforma nuestra forma de pensar, nuestra propia genética. Yo creo que hay que expandir un poco esta mirada del individualismo a una mirada más holística, relacional e interdependiente.
AVA. Algunas estamos en fase de aceptación. Nos puedes hablar del potencial del rewilding pasivo ¿Cuáles son sus demandas? ¿Qué papel juega el acompañamiento de un entorno desde el principio de precaución?
Cristian. Una de las estrategias más prometedoras que tenemos en la Península Ibérica en lo que mal llaman la “España vaciada”. Es un concepto que a mí no me gusta, para mí es antropocentrista porque está vaciada de seres humanos, pero está llena de vida no humana. El rewilding pasivo tiene muchas oportunidades en estos espacios, porque puede permitir ver con otros ojos toda esta despoblación humana en algunas áreas y ver justamente la interacción con la naturaleza de otra manera más propositiva. No demonizando la naturaleza salvaje que nos está quitando el terreno, sino justamente aprender de ello. Que haya financiación para que haya investigadores que observen los procesos de renaturalización en los ecosistemas, procesos de ecoturismo, etc. Aunque sobre esto último habría que ser críticos, porque daría para hablar mucho sobre ello.
Pero una de las ventajas que tiene el rewilding pasivo es que elimina de la ecuación ese primer destello humano, en el que se hace una primera reintroducción activa. En el rewilding pasivo ya no hay una primera intervención humana, sino que lo que se busca es dejar el ecosistema tal cual está, liberar y deconstruir acciones humanas, como por ejemplo el levantamiento de presas artificiales (como se ha hecho en el Manzanares con mucho éxito). O dejar de hacer acciones humanas como la siega en los parques de las ciudades, para permitir que la vegetación prolifere biodiversamente. Estas acciones también permiten ahorrar a nivel económico muchos costes, a nivel energético también, incluso a nivel de tiempo de dedicación. Esto nos puede permitir admirar más la naturaleza en lugar de intentar gestionarla constantemente y además que se corre menos el riesgo de incurrir en los peligros de hacer un ejercicio activo reintroduciendo una especie determinada que ya sabemos que puede tener condicionantes políticos, económicos, culturales, etc.
El principal rechazo que puede causar el rewilding pasivo es el dejar de hacer cosas productivistas y de renunciar a gestionar los ecosistemas (bajo la idea de que la naturaleza salvaje es algo sucio). Esto último, por ejemplo, se ha dado mucho con el tema de los incendios, la creencia de que justamente es el ser humano el que tiene que gestionar la naturaleza desordenada, para evitar desastres. Una de las mayores afrontas que puede encontrar el rewilding pasivo es el rechazo cultural a abandonar el dominio del ser humano sobre las otras especies.
“El rewilding pasivo es la estrategia del rewilding que conecta más con el decrecimiento”.
AVA. Desde la perspectiva lacaniana el rewilding pasivo conlleva la asunción de la renuncia o la pérdida, renunciar al dominio sobre el otro. Suponemos que hay un gran conflicto entre las diferentes aplicaciones dentro del rewilding, ¿Es así?
Cristian. Sí, es la otra cara, el otro extremo dentro del rewilding. Porque el rewilding es toda una narrativa de amplio espectro y se puede hacer rewilding de muchas maneras, por eso hay que ser críticos, porque según quién lo haga, dónde se lleve a cabo, tiene unos escollos morales u otros. El rewilding pleistocénico dependiente de las altas tecnologías justamente lo que hace es romper un poco la participación humana y no humana dentro de la toma de decisiones del rewilding. Además puede tener como anclaje la dominación sobre las otras especies al remitirse tanto a un tiempo pretérito, frente al rewilding pasivo que, más bien, deja que todo fluya según su propio ritmo, mientras nosotros observamos y aprendemos. Yo creo que es un tipo de rewilding basado en el aprendizaje, lo cual es muy necesario.
Y de lo que hablabas de la renuncia, yo creo que el rewilding pasivo es la estrategia del rewilding que conecta más con el decrecimiento. Con otra forma de pensar el Buen vivir, el desarrollo humano y de afrontar de manera resiliente toda la crisis ecosocial que tenemos encima. No pasando por mantener unas expectativas o un nivel de vida basado en la producción constante. O incluso el rewilding pasivo nos lleva a pensar en que debemos de aprender a confiar en la naturaleza y tenemos que tener una actitud de renuncia y eso nos va a permitir reverenciar y admirar otras formas de vida. Si no tomamos esa actitud a veces nos es difícil de reconocer ese florecimiento no humano.
El rewilding pasivo es una aceptación de los límites de lo físico. Mientras que el rewilding holocénico o pleistocénico pueden crear unos significantes que son cambiantes y que son dependientes de la especie humana. Dentro de las múltiples formas de rewilding yo creo que sobre todo habría que empezar por el pasivo, porque nos sorprenderíamos de la cantidad de acciones que tenemos por dejar hacer en vez de dedicar tantos esfuerzos o tanto dinero en los proyectos de introducción de especies. El rewilding pasivo nos hace cambiar nuestros modos de vida y esto en las sociedades provoca resistencias. Es cierto que en contextos muy degradados por el cambio climático, o por otras presiones industriales puede ser necesaria una reintroducción de especies, pero dudo que sean acciones que deban hacerse antes de abrazar una autocontención. ¡Hay tanto trabajo por hacer con el rewilding pasivo¡ que será mejor empezar por ahí y luego ya discutiremos qué más hacer.
AVA. Háblanos también del rewilding urbano. Pon algún ejemplo y si puedes profundizar en el concepto de “gentrificación verde” y la desigualdad de salud.
Cristian. Dentro del rewilding urbano hay muchas posibilidades, pero también muchas dificultades y retos. No olvidemos que algunas decisiones son llevadas por el ser humano, en contextos humanos y en esto puede haber mucho aprovechamiento por parte de éstos. Yo veo el ejemplo del río Manzanares en Madrid como uno de los mayores éxitos que ha habido en nuestra península de rewilding urbano, porque se vio que mediante el asentamiento de presas artificiales el agua no circulaba y las especies acuáticas se habían reducido muchísimo, con lo cual había pocas especies de aves y esto a su vez provocaba que hubiese pocas especies de mesocarnívoros como por ejemplo los zorros. Hacía todo un efecto cascada y también la poca protección de arrojar algunos residuos al río porque no había ningún tipo de conciencia ambiental. En cambio, con el proyecto de rewilding, o de renaturalización (tal y como suelen decir en este caso), hicieron muchos ejercicios de divulgación poniendo muchos panfletos de cómo se iba a renaturalizar el río, volvieron muchas especies, unas 70 especies de peces diferentes en pocos años. Además especies que son indicadores de calidad de agua. También otras especies de otras categorías como aves, pequeños carnívoros, etc. Esto ejemplifica muy bien cómo levantando algo que el ser humano había creado para dar sustento a un metabolismo determinado, una presa que cortaba la circulación de la vida, del agua en este caso, deshaciendo todo esto ha podido fluir de nuevo , tanto el agua como las otras especies.
Hay otros ejemplos de reverdecimiento a más pequeña escala que puede consistir en hacer tejados verdes, no segar algunos parques. Por ejemplo en una pequeña ciudad donde yo vivía antes en la provincia de Barcelona, se hacían pequeños proyectitos en parques dejando algunos un tiempo sin siega a ver cómo la biodiversidad mejoraba. Se veía como crecían los dientes de león, las flores, entonces se podían ver más mariposas, a su vez más aves que iban a alimentarse de las semillas y bayas. Son pequeñas acciones que se pueden introducir en las ciudades, de manera humilde, pero que tienen sus beneficios a nivel de ecosistema urbano, aunque a veces quedan muy invisibilizados. Esto también tiene sus consecuencias negativas, puede fomentar un rechazo psicológico al ver zonas “mal gestionadas”, asalvajadas, por miedo, porque la cultura nos ha enseñado a tenerlo todo muy ordenado, muy recortado, muy limpio. Pero tiene otras ventajas positivas sobre la salud, como ayudar a mejorar nuestra microbiótica interna. Hay una mayor diversidad en el sistema y eso nos hace un poco más inmunes.
Luego está el tema de la gentrificación verde. Al ecologizar algunos barrios, reverdecer algunas zonas, prohibir la entrada a los coches, hacer más peatonales las calles, hacer parques más ricos en biodiversidad, podemos hablar de los perjuicios y las desigualdades sociales que puede agravar el rewilding urbano, pues las grandes empresas ven el filón económico en estos barrios, ya que al reverdecerlos tienen un mayor valor económico, un mayor valor social, son más resilentes al cambio climático, con menor contaminación y por lo tanto efectos beneficiosos en la salud. El rewilding urbano también puede aliviar el efecto de islas de calor: con las zonas verdes se puede mitigar la temperatura 10-12ºC respecto a zonas asfaltadas. Estas razones pueden llevar a que más gente quiera ir a vivir allí. Esto legitima para algunas personas la especulación de esos pisos donde había gente viviendo desde hace mucho tiempo en alquiler con un precio X, y después del periodo de reverdecimiento de la zona, se disparan los precios de alquiler y las personas se ven obligadas a irse a otra zona. Es un ejemplo de exiliación, de efecto colateral de la renaturalización de los barrios. Esta es una de las aristas negativas que puede tener el rewilding si no se ponen medidas de justicia distributiva a la vez que apliquemos una práctica de rewilding.
AVA. En nuestra relación con los animales liminales, ¿Por qué no optar por las medidas como los métodos anticonceptivos o/y olores repelentes y no por usar vallas o la caza de los mismos, o la reintroducción de animales carnívoros?
Cristian. En teoría el rewilding no busca oponerse a los suministros de anticonceptivos en el caso por ejemplo del jabalí considerado como plaga en algunas ciudades. Si con anticonceptivos llega a menguarse la población pues genial. Pero es verdad que si justamente reintroducimos un carnívoro o hacemos que llegue este por su propio pie, como el lobo ibérico por ejemplo, hay unas poblaciones de grandes herbívoros, como puede ser el jabalí, corzos o ciervos, podrá encontrar alimentos y si encuentra alimentos, podrá ejercer un efecto sobre el ecosistema que beneficiará a muchas especies. Entonces, si reducimos muchísimo las poblaciones de los jabalíes mediante estos anticonceptivos a lo mejor genera un efecto negativo sobre los carnívoros que puedan alimentarse de ellos. Hay que ver en qué contexto no estamos preparados para que haya grandes carnívoros o dónde el ecosistema no lo requiere, y en esos casos, si el herbívoro, el jabalí, colisiona con nuestros modos de vida, podríamos legitimar algunas prácticas como los anticonceptivos. Pero en otros contextos, será mejor que sea el propio carnívoro animal quien regule la población de los herbívoros, porque además puede tener un efecto sobre la salud global que a veces ni podemos imaginarnos. Como cortar la propagación de enfermedades como la tuberculosis, la brucelosis, la sarna, que es algo que los anticonceptivos o la caza humana no siempre hacen, pero en cambio los grandes carnívoros salvajes sí que lo pueden llegar a hacer.
AVA. Hemos hablado antes de eliminar privilegios. En el libro citas el “sesgo especista” y el “sesgo de comodidad” como principios contraproducentes para la aplicación del rewilding en su vertiente de renuncia, como por ejemplo la de la dieta cárnica.
Cristian. Claro, el rewilding pone en jaque muchos de nuestros protagonismos. Si vemos por ejemplo que la ganadería es una de las principales causas del exterminio de la biodiversidad, desde el propio rewilding deberíamos abogar por asumir dietas vegetales, algo que Marta Tafalla ya está diciendo. El rewilding puede verse como una estrategia que rompe con ese hábito de nuestras dietas, como otros hábitos como el uso del coche a nivel privado, la dependencia de ciudades totalmente esterilizadas y ajenas a cualquier otra forma de vida no humana. Cambia miradas que a veces nos resultan muy cómodas, como la de pensar las especies como especies invasoras, especies nativas. Todas esas dicotomías en el fondo vienen de nuestra cultura con una narrativa que hemos bebido en películas, donde vemos unos malos y unos buenos, donde éstos salvan al mundo cargándose a los malos. Son formas muy dicotómicas, duales, y nos resulta cómodo pensar que la naturaleza funciona de esta manera: hay especies invasoras que son malas y especies autóctonas que son buenas y hay que erradicar las malas utilizando los medios que creamos necesarios. Hay que ampliar esta visión, es hora de introducir otra terminología más degradada, con más matices, entendiendo que hay especies que son refugiadas por efecto de nuestras acciones y por ello merecerían una actitud compasiva.
Hay veces que no se tiene en cuenta que la dependencia de las otras tecnologías para aplicar estrategias, haciendo casi acrobacias intelectuales, de algunos ecologistas para no cambiar conductas o comportamientos. Y el problema que tiene esto es que ignoran la paradoja de Jevons que se ha enunciado tanto, dentro de la economía ecológica, de que justamente el depender de tecnologías un poco más eficientes no va a quitar que a la larga, si cada vez se generaliza y se consume más, el efecto global va a ser mucho mayor y más perjudicial, y esto es lo que yo me temo que puede pasar con la carne cultivada en el laboratorio, lo que puede pasar con los coches eléctricos y con tantos otros procesos que se defienden a veces dentro de la ecología con tal de no hacer un ejercicio, que yo llamo, de rewilding interno. De hacernos más salvajes y más comprometidos con la naturaleza con tecnologías más sencillas que nos dieran más libertad para relacionarnos y para vivir con otra mirada.
AVA. Para ir terminando. ¿Nos puedes hablar de por qué un cambio hacia una cultura alejada del antropocentrismo y prácticas antropogénicas podría desarrollar cierta empatía con el concepto de rewilding?
Cristian. Desbancar al antropocentrismo moral puede ayudar a recuperar la humildad de situarnos en la biosfera como una especie más. Donde nuestras capacidades no son mejores que las de otras especies, sino que son unas capacidades más entre otras, que tienen unas funciones determinadas y unos efectos determinados. Y que justamente podemos aprender de las capacidades de otras especies que tienen sus propios efectos y que nosotros por mucho que nos esforcemos en imitarlas, en ejercicios por ejemplo de biomímesis, que en algunos contextos pueden ser bienaventurados y en otros contextos no será igual que si dejamos que la naturaleza se desarrolle por sí sola. A veces es mucho más sencillo permitir estos espacios.
“Yo creo que menos y con más conciencia”.
AVA. A lo largo del libro hablas de que el rewilding puede ser contraproducente si vulnera el principio de precaución y si se convierte en un producto de consumo de masas. Pero no mencionas por ejemplo la extinción de la especie humana como desiderátum o el antinatalismo como condición de posibilidad, como otros autores proponen, para una buena ética del rewilding. ¿Hay alguna razón para ello?
Cristian. Pues la verdad es que no, no hay ninguna razón deliberada. Simplemente no pensé para el libro en el tema de control demográfico, pero por supuesto yo creo que es un aliado necesario el tomar conciencia de cómo nos vamos a reproducir, en qué número y tomar cartas en el asunto, esto puede significar el reducir la tasa de natalidad que está en auge, que es desmedida y es incompatible con la biosfera. No puede ser que estemos en un crecimiento exponencial de población humana a la vez que se reducen otras especies. Por un lado está cómo nos desarrollamos, que tiene que ver con la calidad de nuestras vidas, que es uno de los primeros detonantes que dañan la biodiversidad; y por otro lado está la cantidad a la que estamos llegando. Y esto por supuesto, tiene que atajarse y reducirse. Hay que poner ciertos límites empezando por la propia conciencia, la propia educación, etc. Yo creo que menos y con más conciencia.
“Solo gracias a esta cuarta C, compasión, podríamos generar un rewilding que sea ético para las demás especies”.
AVA. ¿El rewilding puede ser el clínamen (concepto utilizado por Luciano de Samosata y desarrollado por Boaventura de Sousa Santos) que necesitamos?
Cristian. Me gustaría pensar que sí, pero como decía antes, la realidad no es una película donde hay una gran salvación, no hay una pócima mágica que permita solucionar todo. Yo me mantengo esperanzador con el rewilding porque creo que plantea muchas cosas que son muy necesarias y creo que hay que dedicar mayores esfuerzos a promoverlo y a aplicarlo allá a donde podamos. Pero el rewilding tiene que ir de la mano de otras muchas estrategias, como la justicia social o, por ejemplo desde la ética animal, incluyendo el respeto por el valor intrínseco de la vida no humana. El rewilding es una condición necesaria pero no suficiente para hacer este “clic” que necesitan nuestras sociedades para vivir en armonía con las otras especies. El rewilding suele proponer mantenerse fiel a las tres grandes “C”: grandes carnívoros, grandes núcleos y grandes corredores, pero hay autores como Marc Bekoff o Helen Kopnina que nos dicen que hay que introducir una cuarta C en el rewilding que es la compasión. Y que gracias a esta cuarta C, la compasión, podríamos generar un rewilding que sea más ético para las demás especies.
AVA. Muchas gracias Cristian por la entrevista y por poder dialogar contigo sobre tu libro.